(SANTO DOMINGO, Republica Dominicana) – Hoy, después de casi 30 años, la Organización de Estados Americanos (OEA) adoptó la Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
“Este es un gran momento en la historia del movimiento por los derechos indígenas,” dijo Armstrong Wiggins, director de la Oficina de Washington, D.C del Centro de Recursos Jurídicos para los Pueblos Indígenas.
Por mucho tiempo, los derechos humanos de los pueblos indígenas, incluyendo su derecho a la libre determinación y sus derechos a sus tierras, territorios, medio ambiente, recursos naturales, desarrollo sustentable y sobrevivencia cultural, han sido desafiados alrededor del mundo. La Declaración Americana ofrece protección específica para los pueblos indígenas en Norte América, México, Centro y Suramérica, y el Caribe.
“Ninguna declaración es perfecta, pero ésta representa un paso importante en la dirección correcta para proteger a los pueblos indígenas,” comentó Wiggins. “La Declaración Americana, en su calidad de instrumento de derechos humanos, es un instrumento vivo que será interpretado de acuerdo a las condiciones presentes de los pueblos indígenas, a efectos de proteger de mejor manera sus derechos humanos.”
La Declaración Americana protegerá en forma contundente a las mujeres y a los niños indígenas, así como a los pueblos indígenas viviendo en aislamiento voluntario y a aquellos afectados por el conflicto armado interno de un estado.
La OEA es una organización regional intergubernamental con 35 estados miembros de las Américas, incluyendo Estados Unidos. La Asamblea General de la OEA – el órgano más alto de la OEA – dió los primeros pasos hacia una declaración en 1989, pero no fue sino hasta 1999, cuando el Grupo de Trabajo encargado de elaborar el proyecto de la Declaración Americana fue establecido, que se permitió a los pueblos indígenas participar en las reuniones y en las negociaciones referentes al contenido de la Declaración.
“Estamos contentos que un número considerable de participantes indígenas fueron capaces de asegurar fondos y asistir a las negociaciones a lo largo de este extenso proceso. Ellos lograron superar grandes obstáculos en un sistema algo imperfecto, a efectos de obtener la aprobación de un texto aceptable para la Declaración,” comentó Wiggins.
La Declaración Americana se convertirá en uno de los instrumentos más importantes del Sistema Interamericano de Derechos Humanos. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Interamericana de Derechos Humanos interpretarán la Declaración para informar otros instrumentos, tales como la Convención Americana sobre Derechos Humanos – el principal tratado regional de derechos humanos— y la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre. Esto cobra verdadera importancia cuando los pueblos indígenas persiguen el reconocimiento de los derechos emergentes de tratados y de sus derechos a sus tierras, protección para aquellos viviendo en aislamiento voluntario o bajo un conflicto armado interno, así como protección para las mujeres y los niños indígenas.
De cara al futuro, Wiggins espera que la Declaración guíe a la OEA a crear programas orientados a la acción para lograr que los pueblos indígenas vean realizados los derechos reconocidos en la Declaración. “Este es el comienzo de un nuevo viaje, en el cual los pueblos indígenas de las Américas esperan que la OEA y sus estados miembros tomen acción, en conjunto con nuestros gobiernos y autoridades tradicionales, para asegurar que podamos disfrutar plenamente de nuestros derechos colectivos.”
El personal del Centro de Recursos Jurídicos para los Pueblos Indígenas ha participado en todas las negociaciones, a efectos de proveer asistencia y apoyo legal a los representantes indígenas.